Todos henos oido alguna vez los términos nanopartículas y nanotecnología, y seguro que los relacionamos con productos de alta calidad con excelentes prestaciones. Seguramente desconocemos el alcanze de estos productos y de hecho no tenemos conciencia de estar obteniendo beneficios de su aplicación mas allá de lo que el «marketing» nos vende en la publicidad.
Al consultar en la web de la Real Academia de la Lengua vemos que estos términos no se encuentran definidos. En la Wikipedia se establece nanopartícula como partícula microscópica de un tamaño inferior a 100 nanometros, es decir, inferior a 0,0001 milímetros.
Aún así seguimos sin ver que es esto, entonces ¿cómo debemos entenderlo?. Las nanopartículas de una sustancia tiene la misma composicion que la sustancia en si misma a tamaño «normal» pero sus propiedades físicas son totalmente diferentes. La sustancia se comporta de forma distinta porque su bajo tamaño de partícula le lleva a una enorme superficie específica, y esto genera interaciones superficie interfase muy intensas por su enorme area de contacto.
Podemos entender que las mismas sustancias que nos rodean al pasar a tamaño nanométrico nos descubren un mundo nuevo donde lo opaco se hace transparente (ejemplo es el bióxido de titanio que es un pigmento utilizado para la pinturas blancas y en tamaño nanométrico es transparente), lo blando se convierte en duro como una piedra, un material conductor en aislante, etc….
Estos nuevos comportamientos, algunos de ellos insospechados, son estudiados por la nanotecnología para buscar nuevas aplicaciones prácticas. No todo es tan maravilloso y surgen dos grandes problemas, el primero es su producción a escala industrial y el coste de obtención que permita la viabilidad comercial, y el segundo, del que poco se habla es la potencial peligrosidad de su uso. Al igual que tiene propiedades físicas diferentes también se les supone comportamientos para la salud y el medioambiente impredecibles por descubrir.
Por Areas geográficas el principal inversor es EEUU, seguido de ASIA y detrás Europa, por paises el de mayor inversión es Japón. ¿Y cómo está gestionando la comunidad científica esta dimensión de la materia?, en mi opinión de una forma excelente através de redes internacionales de centros tecnológicos y de investigación que constantemente intercambian información de sus desarrollos. Un ejemplo de esto es el RENAC, que en la presentación de su páguina web se define como una red para la aplicación de nanotecnologías en materiales para la construcción y el hábitat, y que actualmente está constituido por centros tecnológicos y grupos de investigación de las Universidades Valencianas.
La aplicación actual en pinturas se sitúa principalmente en recubrimientos para vehículos, y es incipiente su uso en recubrimientos para suelos, muebles y pinturas de silicona de exteriores. Con estos materiales se obtienen incrementos de prestaciones en pinturas y barnices mejorando la resistencia mecánica, química, al fuego, a la radiación UV y al agua, productos capaces de eliminar olores y bacterias, etc…
Pese a que su uso no ha hecho más que empezar lo que si se está produciendo es un uso indiscriminado desde el punto de vista del marketing, y esta situación pide a gritos ser regulada y clarificada. Es necesario la normalización de definiciones y de conceptos de todo aquello que se refiera a la nanotecnología y nanomateriales.